Thursday, July 30, 2009

Argentina vs Holanda: Un examen difícil

"El seleccionado de Bielsa tendrá frente a Holanda su primera prueba de fuego. El partido del 31 de marzo, servirá para engrosar la estadística, aumentar la rivalidad, pero fundamentalmente tendrá un pequeño sabor a revancha".

Cuando la memoria evoca los partidos de fútbol entre las selecciones de Argentina y Holanda, las imágenes se asocian casi automáticamente a los encuentros mundialistas. En 1974, la de Johan Cruyff desparramando camisetas blanquicelestes por el piso y la del arquero Daniel Carnevali teniéndola que ir a buscar siempre adentro. En 1978, la de Mario Kempes guapeando entre un mundo naranja y la de Rob Rensenbrink sacándole astilas al palo derecho de Ubaldo Fillol. "Si era gol, era campeón Holanda porque ya terminaba el partido" -recuerda Omar Larrosa, que entró en el segundo tiempo en reemplazo de Osvaldo Ardiles-. Ellos tenían muy buenas individuales (de los subcampeones de 1974 sólo faltaba Cruyff) y un gran juego de conjunto".
En 1998, la televisión repitió una y otra vez 2 escenas clave: la de Ariel Ortega cabeceando al arquero Edwin Van der Sar y la del maldito Dennis Bergkamp haciendo pasar de largo a Roberto Ayala para poner fin a su obra de arte cuando ya no había tiempo para nada más.
Esa victoria significó para los holandeses una revancha por la derrota sufrida en la final de 2 décadas atrás. Ahora la gran mayoría de los protagonistas que se enfrentaron el año pasado en Marsella se volverían a ver las caras el 31 de marzo en Amsterdam. "El partido es una revancha mínima, porque sólo es un amistoso y no uno del Mundial -declaró Hernán Crespo, que todavía no consiguió sacarse el gusto amargo de la eliminación-. Todavía pienso en las circunstancias de aquel encuentro, cuando pegamos un tiro en el palo, lo echaron a "Orteguita" y nos ganaron en el último minuto".
A falta de tiempo de preparación, la idea de Marcelo Bielsa fue convocar a 22 jugadores que juegan en el extranjero tomando como base al equipo que disputó el último mundial.
En realidad, el nuevo director técnico argentino podría formar tres equipos de primer nivel internacional si se lo propusiera. Sean cuales fuere los jugadores elegidos, todos saben que deben ajustarse al mandamiento fundamental de los equipos de Bielsa: estar dispuesto a sacrificarse para recuperar la pelota en cualquier lugar de la cancha.
Aunque el "fútbol total" que propuso "La naranja mecánica" en 1974 tuvo una versión bastante más desteñida en en 1998, Holanda nunca deja de respetar la tradición histórica de su juego. Gane o pierda, siempre termina siendo el equipo con mayor posesión de la pelota. Ante esa certeza histórica una cosa es clara: regalar el campo y el balón sería suicida.

Una máquina avasalladora
En un amistoso previo al Mundial de 1974, Holanda le ganó 4 a 1 a la Argentina. Quique Wolff, autor del gol de tiro libre en ese partido, pensó, como el resto de sus compañeros, que en el mundial iba a ser distinto. "Así fue: pero peor, perdimos 4 a 0", recuerda hoy el periodista deportivo. La supremacía naranja era tal que, según una versión, Roberto Perfumo le pedía al arquero Daniel Carnevali que no se apurara en los saques de arco, por temor a que la goleada no fuera mayor. "A la distancia me parece un orgullo haber jugado contra aquel equipo cuyos hilos manejaba Johan Cruyff, pero en la cancha recuerdo haber sufrido una máquina avasalladora -dice Wolff-. Así como era un gusto verlos jugar, llegar al arco de ellos era un milagro. En 90 minutos creamos sólo 2 situaciones. Pero la Holanda que jugó en 1998 no le hace ni sombra a aquella de 1974. Son épocas distintas. Hoy el nivel es mucho más parejo, las selecciones ya no se sacan tantas diferencias y la Argentina es un equipo en formación que está en el comienzo de una nueva etapa".

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